Como ciudar la piel y los labios

Como ciudar la piel y los labios


Tomar sol con moderación es sano para todo el organismo, pero los ra­yos solares, las lámparas de rayos ul­travioletas y otros artefactos usados para darle a la piel un tono bronceado pueden ser peligrosos y causar:

- Problemas en la vista

- Cáncer de piel

- Debilitamiento del sistema inmunitario

- Manchas cutáneas de aspecto desagradable

- Arrugas y envejecimiento prematuro


Todos debemos cuidarnos del sol, sin embargo quienes más expuestos están a ser dañados son aquellos que tienen la piel blanca pálida, el cabello aibio, rojo o castaño, personas que han recibido tratamiento contra el cáncer de piel o tienen un miembro de la familia que ha sufrido cáncer de piel y aquellos con problemas de sa­lud importantes.


Como ciudar la piel y los labios del sol


Siete claves para tomar sol sin peligro

1. No tome sol en horas pico aunque esté nublado, los rayos atraviesan las nubes.


2. Use siempre protección solar. Actualmente existe una amplia variedad de protectores solares seguros. Los productos con protección contra el sol están identificados con el símbolo "SPF" que significa Sun Protection Factor (Factor de Protección del Sol) seguido de un número. Cuanto más alto sea este número, mayor es la protección.


3. Compre aquellos con un SPF número 15 o más alto y los que en la etiqueta dicen lo siguiente: "broad spectrum" (espectro amplio) lo que significa protección contra los dos tipos de rayos solares dañinos y "water resistant" (resistente al agua) queriendo decir que la loción permanecerá más tiempo en la piel, aunque se haya mojado con agua o sudor.


4. Cubra su cabeza con un sombrero. Un sombrero de ala ancha ayuda a defender el cuello, los oídos, los ojos y la cabeza.


5. Use anteojos para sol. Compre únicamente anteojos para sol con un sello que garantice que los lentes pueden bloquear entre el 99 y el 100 por ciento de los rayos solares. Si no tienen el sello, no compre los anteojos.


6. Proteja su cuerpo. Use ropa liviana mientras esté bajo el sol, camisas con mangas largas y pantalones o faldas largas también.


7. Evite métodos artificiales de bronceado Esto incluye las lámparas de rayos ultravio­letas, las camillas bronceadoras, lo mismo que las pildoras y cosméticos para broncear la piel. La gran cantidad de colorante añadido a las pildoras bronceadoras puede ser nocivo.

En cuanto a los cosméticos bronceadores, son aplicados para darle a la piel un tono canela oscuro. En ocasiones el color puede ser removido con agua y jabón. Otras veces desaparece en unos pocos días. Estos productos no son lociones que protegen la piel con­tra el sol.


8. Examine su piel regulamiente. Observe cambios en tamaño, forma, color o volumen de lunares, verrugas, manchas en la piel o marcas de nacimiento. Si nota algún cambio o tiene partes con heridas que no sanan, visite a su médico sin demora.


Así se aplica un protector solar

- Aplique una capa de protector sobre toda su piel, entre 15 o 30 minutos antes de exponerse al sol.

- Frote la loción sobre todas las partes de la piel que no estén protegidas. Asegúrese de cubrir sus párpados, labios, nariz, oí­dos, cuello, manos y pies. Si no tiene mucho cabello, úsela también sobre su cabeza.

- Evite que el producto le entre en los ojos.

- Lea la etiqueta de su protector solar para saber con qué frecuencia debe repetir la aplicación.

- No use estos productos en bebés menores de seis meses de edad y use protectores especílicos para los niños.


Cuidados especiales para los más chicos

"La mejor de las protecciones contra los golpes de sol en el caso de los chicos son la remera y el gorro", afirma la bioquímica María Laura Bovcon, directora científica de laboratorios Vichy, quien también recomienda:


- Ni grandes ni chicos deben tomar sol entre las 11 y las 16 horas, y hay que repetir regularmente la aplicación de protección solar, aproximadamente cada dos horas. Para ello se debe usar un protector grado 25 en adelante. - Los protectores solares resistentes al agua soportan dos baños de veinte minutos, separados entre sí. Si el chico está más de veinte minutos en el agua hay que ponerle más protector.


- El agua, la arena y la nieve reflejan mucho más el sol,- por eso, si los chicos están a la sombra en horas pico también hay que ponerles protección.


- Es importantísimo protegerse igual si está nublado, sólo las nubes negras no dejan pasar los rayos del sol. Si las nubes son cúmulos dispersos se puede incluso recibir más sol porque forman un prisma, una especie de lupa.


- Los menores de un año no deben ser expuestos al sol porque tienen la piel inmadura.


- Lo que queda siempre al sol son hombros, nariz y empeines, no olvidarlo, son las zonas más expuestas. También proteger los labios. Es mejor que los chicos estén ju­gando a que estén quietos al sol. Porque se van dorando pa­rejo, con menos probabilidades de quemaduras locales.


Mojarles la cabeza seguido es fundamental.

Labios, un capítulo aparte Hay que tener en cuenta que los labios tienen una estructura anatómica distinta a la de la piel y son mucho más frágiles que ella, ya que no tienen sus mecanismos de defensa: en primer lugar, los labios carecen de glándulas sebáceas y ello hace que su superficie esté prácticamente exenta de grasa. Eso explica su tendencia a secarse. Tampoco poseen glándulas sudoríparas, sólo los humedece la saliva. Muchas personas tienen la costumbre de humedecerlos con la lengua, esto sólo se puede hacer si están bien hidratados, ya que de lo contrario, la saliva los irrita. Ade­más les falta melanina, el pigmento que los protege del sol, y por lo tanto se queman con facilidad.


Al tomar sol se deben usar protectores de labios o, en su defecto, el mismo protector solar que se usa para la piel del cuerpo. Si están resecos se los puede hidratar con aceite de almendras puro, aceite de kiwi, de rosa mosqueta, de jojoba, crema de perejil, vitamina E pura, gel de aloe, jugo puro de aloe. Por último, si tiene los labios cortados no arranque la piel, podría provocar infecciones.