Dermatología cosmetica

Dermatología cosmetica


Con el paso de los años, la formación de arrugas y de líneas de expresión de la cara son un proceso natural e inevitable. La utilización mecánica y repetida de la musculatura, la exposición crónica a la radiación y el propio envejecimiento de la piel son los responsables de este proceso.

Para atenuar estos efectos y conseguir un rejuvenecimiento cutáneo de manera no invasiva y sin perder la expresión de nuestro rostro, los avances médicos en el campo de la dermatologia cosmética han sido asombrosos en los últimos años.


El dermatólogo cuenta con distintos procedimientos terapéuticos para tratar las arrugas sin tener que recurrir a la cirugía. Los peeling químicos, la toxina botulínica, los rellenos o el láser no ablativo son un buen ejemplo de estos pro­cedimientos. Es el especialista, según el tipo de piel y el grado de envejecimiento, quien mejor puede aconsejar al paciente sobre el tratamiento más recomendable y con más expectativas de éxito en cada caso.


En la actualidad, existen centros especializados como Derma-toclinic, dirigido por el Dr. Jesús Fernández Herrera, en los que se puede conseguir un aspecto más rejuvenecido sin recurrir a la cirugía, cambiar nuestra expresión o correr riesgos innecesarios. Con el nivel de conocimientos y la diversidad de técnicas existentes, hoy en día es posible ofrecer al cliente soluciones reales de la máxima calidad adaptadas a cada caso concreto. Prácticamente cualquier patología de la piel ocasionada por el fotoen-vejecimiento se puede mejorar de manera rápida y sencilla.


Dermatología cosmética para verse mas joven


Una magnífica opción para el tratamiento de las patas de gallo, arrugas del entrecejo y frente por sus excelentes resultados, escasos efectos colaterales y sencillez en su aplicación -nos comenta el doctor- es la toxina botulínica, de la que existen diversos preparados comerciales obtenidos a partir del Clostridium botulinum. Este tratamiento consigue atenuar, llegando incluso a hacer desaparecer las arrugas a partir de las 72 horas de su aplicación en las fibras musculares superficiales subyacen­tes a las arrugas de la cara. La toxina botulínica también puede emplearse como alternativa para el tratamiento de la hiperhidrosis o excesiva sudoración localizada, principalmente axilas, manos y pies bloqueando el estímulo de las ter­minaciones nerviosas que actúan sobre las glándulas del sudor.


Mediante los distintos peeling químicos se consigue la desapa­rición de arrugas superficiales y manchas solares dando a la piel un aspecto más luminoso y rejuvenecido. Además, se obtiene una textura suave y lisa que se había perdido en el transcurso de nuestra vida. Los peeling provocan estos efectos tras la aplicación de determinados productos químicos en la superficie cutánea, eliminando de forma con­trolada las capas más externas y con la consiguiente producción de piel nueva no envejecida, sin necesidad de anestesia y de una manera indolora. Estos mismos efectos y otros como el engrasamiento del colágeno dérmico que contribuyen a dar un aspecto rejuvenecido a nuestra piel, también se pueden alcanzar empleando distintos láser no ablativos.


Los tratamientos con láser tienen numerosas posibilidades además de las anteriormente comentadas; con ellos podemos eliminar el pelo, varículas de las piernas, manchas vasculares de nacimiento como hemangiomas, angiomas, telangiectasias faciales, arañas vasculares, verrugas... Los potenciales beneficios sobre la piel son múltiples y los riesgos, escasos y asumibles.


Conseguir una piel joven, sana, cuidada y sin manchas es un objetivo que muchas personas persiguen y que está a nuestro alcance siempre que acudamos a profesionales con experiencia.»

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